La carrera electoral por el decanato del Colegio de Abogados de Madrid, (ICAM), el más grande de Europa, ha estado marcada por el protagonismo del turno de oficio, al que todos los candidatos hicieron referencia en el debate electoral organizado por Confilegal. Los candidatos Beatriz Saura, Begoña Trigo, Juango Ospina, Eugenio Ribón, Miguel Durán y Ángeles Chinarro explicaron sus propuestas para mejorar las condiciones de este sector profesional.
Es una situación que Saura calificó de «fatal», señalando que «no se puede consentir» que la subida de las retribuciones haya sido de 30%. «Los abogados de turno de oficio cobran 50% menos que la media europea», criticó. «No nos estamos creyendo profesionales», dijo, insistiendo en que se «defienda que les paguen razonablemente».
En este sentido, Saura recomendó que se igualara el estatus de protección especial del que disfrutan jueces y fiscales con el de los abogados, de tal manera de que se les considere «autoridad» y no puedan atropellárseles de esta manera.
Trigo se encuentra en una posición singular en este ámbito. Su candidatura a la Junta de Gobierno consiste casi en su totalidad en abogados de oficio, trece de los catorce candidatos.
Apuntó que el turno de oficio «es un derecho fundamental, no un acto de beneficencia», por lo que instó a cambiar el nombre para que sea el turno de justicia pública para eliminar la percepción de que es un servicio gratuito. Una de sus recomendaciones fue un turno de oficio en temas de Hacienda, que «proteja de reclamos de la Agencia Tributaria».
Además, propuso la incorporación de un doble baremo con el cual se calculen las retribuciones de los profesionales, con una parte fija y otra variable que contemple las características del caso que toman los letrados, incluyendo las actuaciones que no se pagan, la nocturnidad y el trabajo en días festivos.
Por su lado, Miguel Durán propuso reformar la ley de justicia gratuita para que la administración pública, encargada de estos pagos, pueda aumentar los baremos con los que se calculan las retribuciones y honorarios que reciben los abogados de turno de oficio. Mencionó que, si gana las elecciones, cambiará el concepto de indemnización por el de retribución.
También invitó a la autocrítica al señalar que hacía falta exigir cualificaciones a los profesionales, así como que estos respeten a los clientes, mencionando instancias en las que dijo que no los atendían presencialmente. «Nosotros también tenemos cosas que mejorar», dijo.
Ospina lanzó propuestas a favor de la digitalización de los documentos, los trámites y los procedimientos, siendo consecuente con las promesas de avances tecnológicos que se han vuelto uno de los mayores pilares de su campaña. También opinó que el Colegio debería garantizar más facilidad para que estos profesionales puedan aparcar en todos los sitios en los que trabajen, así como una formación continua.
Ribón coincidió en las propuestas de la formación gratuita para los abogados de turno de oficio y la digitalización, así como en la necesidad de subir los baremos, a los que calificó de «ignominiosos». «Sé lo que es el turno de oficio», dijo, mencionando todos los tribunales por los que ha pasado como profesional de este sector.
También mencionó la importancia de «mejorar los servicios de orientación jurídica» y revisar las condiciones en las que trabajan específicamente en el turno de oficio que atiende la ley de segunda oportunidad.
Chinarro habló de «adecuar el turno de oficio a la realidad», haciendo referencia al trabajo realizado por la Asociación Libre de Abogados y Abogadas (ALA), que preside. Dijo que hacía falta una herramienta para que el Colegio pudiera intervenir en los casos en los que los clientes amenacen al abogado que les toca, así como cuando los ofende o los ataca.
Además, Chinarro puso de frente la necesidad de crear dos turnos específicos dentro del servicio. Uno de ellos, dijo, tendría que estar dedicado a las victimas de violencia sexual, mientras que el otro debería atender a las personas que fueran a llevar su caso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH).
Se trata de una serie de problemas con varias aristas, como se notó en las intervenciones del debate, pero también se evidenció que no faltan propuestas para apoyar a los profesionales que siguen desarrollando su carrera en el turno de oficio.