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El nuevo Gobierno de Rajoy suprime la Secretaría de Estado de Inmigración y Emigración

{22 diciembre, 2011}
El nuevo Gobierno de Rajoy suprime la Secretaría de Estado de Inmigración y Emigración, según ha confirmado Legalcity. El Ministerio de Empleo y Seguridad Social queda de la siguiente forma:
1. Corresponde al Ministerio de Empleo y Seguridad Social la propuesta y ejecución de la política del Gobierno en materia de empleo y de Seguridad Social, así como el desarrollo de la política del Gobierno en materia de extranjería, inmigración y emigración.
2. Este Ministerio se estructura en los siguientes órganos superiores:
a) La Secretaría de Estado de Empleo.
b) La Secretaría de Estado de la Seguridad Social.
¿Los principales cambios? Desaparecen, entre otras, la Secretaría de Estado de Igualdad, la de Cambio Climático, la de Inmigración o Emigración o la de Vivienda. El CNI ya no dependerá del Ministerio de Defensa, sino de Presidencia: la jefa de los espías será Soraya Saénz de Santamaría. Y el nuevo ministro de Ciencia (o de lo que queda de ella) será… ¡Luis de Guindos! Su ministerio hereda la Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación.
¿Qué pasará ahora? ¿podrían quitar el Arraigo? El anuncio del PP de limitar el Arraigo de Extranjeros ya lo había aprobado el Gobierno Socialista
Muchos hoy arremetemos contra el anuncio del Partido Popular de “suprimir la figura del Arraigo” de los extranjeros pero la mayoría olvida que ya esta opción estaba contemplada en un Real Decreto (557/2011) aprobado por el Gobierno Socialista.
Vayamos por partes. El Real Decreto 557/2011, de 20 de abril, por el que se aprueba el Reglamento de la Ley Orgánica 4/2000, sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social, tras su reforma por Ley Orgánica 2/2009 -que entró en vigor el pasado 1 de julio- ya establecía en su artículo 124. 4 que “Por Orden del titular del Ministerio de la Presidencia a propuesta de los titulares de los Ministerios del Interior y de Trabajo e Inmigración y previo informe de la Comisión Laboral Tripartita de Inmigración, se podrá determinar la aplicación de la situación nacional de empleo a las solicitudes de autorización de residencia temporal por razones de arraigo social.”
Es decir, que ni es tan novedosa la “amenaza” del PP ni todos los platos rotos son culpa de la derecha. Es cierto que el Partido Socialista nunca se valió de una orden ministerial para implementar esta posibilidad porque no tuvo tiempo para hacerlo.
¿Lo hubiera hecho la izquierda si hubiera ganado la elecciones? Por supuesto que nunca lo sabremos. Lo cierto es que esa posibilidad de “limitar” las posibilidades de que los que se encuentran en España vean frustradas sus aspiraciones de regularizar su situación administrativa es una “amenaza” real y cierta.
Entonces, no nos engañemos ni interpretemos a rajatablas el anuncio del Partido Popular: no es que se suprima la figura del Arraigo, es que la Ley de Extranjería ofrece la posibilidad al Gobierno que mediante una orden ministerial se condicione el Arraigo a la situación nacional de empleo. Y si esto sucede nos encontraremos que los inmigrantes no podrán arraigarse mientras existan cinco millones de parados.
El anuncio de que el Partido Popular podría suprimir el Arraigo (procedimiento por el cual los inmigrantes pueden regularizar su situación en España si demuestran que llevan tres años en el país y aportan un contrato de trabajo) no por espeluznante ha dejado de caer como un disparo en las sienes de cientos de miles de extranjeros .
La noche triste de Tenochtitlán fue aquella en que cayó Moctezuma, el gran emperador azteca, y murieron también más de 600 cristianos, más de la mitad de las huestes de Hernán Cortés, tanto que él mismo no pudo evitar romper en llanto. Murieron también cientos de nobles aztecas, y la historia pudo comprobar atónita como caía un gran imperio ante un puñado de aventureros sanguinarios. Luego vino la quema de preciosos tesoros literarios y compendios de sabiduría ancestral azteca. Fue esa la última vez que Tatlóc (el dios de la lluvia) lloró sobre la puerta de México, según la leyenda, y comenzó toda una era de tristeza e infortunios, que aún a día de hoy asola al pueblo mexicano. Todo por la codicia y el ego deslumbrado ante el oro. Ese Dios de la lluvia que hasta entonces era el encargado de traer las lluvias que penetraban la tierra y traían abundancia a los hombres.
No hubo capacidad de convivencia, de tolerancia, de amistad entre las culturas, y lo que hubiera podido ser un gran legado de enseñanza y de acercamiento entre pueblos se saldó con subdesarrollo crónico y dominación.
Aún sobreviven estas ideas en la mente de unos pocos que tienen “mayoría absoluta”, que creen que España puede vivir sola, ajenos a la actualidad mundial, a los flujos de población que antes provocaban que los españoles se marcharan por cientos de miles hacia tierras lejanas, y que un giro de la historia ha provocado que se invierta la ecuación y que ahora España sea un país receptor. Este aislamiento y mano dura solo traerá pobreza y desolación a España, aumento de la tasa de criminalidad, favorecimiento de la inmigración ilegal, economía sumergida, arcas de la Seguridad Social vacías, en resumen… el Dios de la lluvia no llorará sobre España nunca más, el boomerang que una vez fue lanzado llegará al punto en que ya no avanza más para iniciar un movimiento hacia atrás hasta destrozar la mano que lo ha lanzado.
No habrá alianza de culturas…solo leyes y muros que aíslen a España. No es capaz el gobierno actual de aprender de las lecciones de la historia, que cual verdugo cruel, repite sus ciclos adaptados a la modernidad, y permite que los pueblos avancen, siempre que aprendan y subsanen los errores, y sean conscientes de toda la trama, aunque desafortunadmente la conciencia no es el principal atributo del nuevo gobierno.
El anuncio de que el Partido Popular podría suprimir el Arraigo (procedimiento por el cual los inmigrantes pueden regularizar su situación en España si demuestran que llevan tres años en el país y aportan un contrato de trabajo) no por espeluznante ha dejado de caer como un disparo en las sienes de cientos de miles de extranjeros .
No nos engañemos ni interpretemos a rajatablas el anuncio del Partido Popular: no es que se suprima la figura del Arraigo, es que la Ley de Extranjería ofrece la posibilidad al Gobierno que mediante una orden ministerial se condicione el Arraigo a la situación nacional de empleo. Y si esto sucede nos encontraremos que los inmigrantes no podrán arraigarse mientras existan cinco millones de parados.
Los inmigrantes, además de cargar con el estigma de ser los culpables de casi todos los males del país, deberán soportar ahora el peso de la incertitumbre y el desasosiego con el reciente anuncio. ¿Qué pasará entonces con los cientos de miles de inmigrantes que hoy se encuentran en España “sin papeles” (se calcula que pueden ser entre 600.000 y 700.000, aunque otras cifras apuntan a un millón)? ¿Qué pasará entonces con los cientos de miles de familias que veían esta opción cómo única esperanza para regularizar su situación administrativa en España? ¿Son estas las medidas salvadoras con las que el Partido Popular pretende sacarnos de la crisis?
¿No sería mejor buscar alternativas para fomentar la contratación de las empresas en vez de obligar a que miles de personas engorden las filas de la economía sumergida? ¿No os suena esta medida a la política del avestruz de dejar fuera el cuerpo y esconder la cabeza para no ver la realidad? ¿Y qué pasará entonces con la inmigración sobrevenida? ¿Por qué el PP no hizo ni una sola referencia a este asunto en su campaña electoral? ¿Por qué la inmigración era un “ente” invisible en campaña y ahora tras la resaca electoral el PP nos sorprende con este anuncio como una de sus primeras medidas?
¿No podría considerarse este anuncio como una cortina de humo para intentar despistar de nuestros corrillos los problemas reales por los que atraviesa el país? La inmigración no tuvo derecho al voto pero sus destinos ahora penden de las decisiones de un Partido que decide a ultranza. Cual índice inquisidor la inmigración es señalada, ahora; pero no cuando fue parte del crecimiento económico de España.

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