La Asociación Libre de Abogadas de Madrid manifiesta su repulsa frente a la actuación de la empresa de telemarketing KONECTA BTO. El día 13 de junio, la teleoperadora Inma falleció en su puesto de trabajo mientras atendía llamadas. Desgraciadamente no será ni la primera ni la última que muere en su trabajo.
No vamos a hablar de los ritmos ni de la presión constante que sufren las trabajadoras de telemarketing (nos pueden acusar de demagogia), ni de cómo los beneficios de algunas compañías se asientan sobre la salud y la presión sobre sus empleadas (nos tildarían de radicales), pero lo que ocurrió el martes, según informan las secciones sindicales en la empresa, cuando la empresa obligó a su personal a seguir trabajando con Inmaculada de cuerpo presente en la sala de la calle San Romualdo en Madrid, dando sobradas muestras de inhumanidad, excede el más elemental decoro.
Sabemos que en este sistema las trabajadoras son meros números que valen el beneficio empresarial que generan, pero un mínimo de respeto a la trabajadora finada hubiera aconsejado una actitud menos canalla y más respetuosa.
Las trabajadoras de Konecta ya saben el valor que tienen sus vidas para esa empresa: un mero número en una lista, mientras sea útil. Pero, llamadnos ingenuas, en defensa de la humanidad y de los valores sociales más elementales reprobamos a Konecta por su actuación contraria a los más elementales valores éticos.
¡Que la memoria de Inmaculada os persiga todos los días que os queden de vida! Nadie puede perder la vida en el trabajo, nadie puede fallecer para enriquecer a otros.
Que la tierra te sea leve compañera.