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Zootipos electorales y electores.

Preelecciones en el ICAM.

Capítulo I. Zootipos electorales y electores.

Las preelecciones en el ICAM han venido y nadie sabe como ha sido.

¿O si?, porque no deja de suceder lo que cada cinco años nos ofrecen quienes nada tienen que ofrecer. Si con Astérix podíamos asistir al prodigioso espectáculo de la legión romana maniobrando, con los precandidatos al ICAM asistimos a sus prodigiosos esfuerzos por limpiar su pasado, ocultar la hemeroteca y demostrar lo mucho que les interesa, ahora, el Colegio de la Abogacía de Madrid, el derecho de defensa, la dignidad de la abogacía…, la lista de lo que se les ocurre para ocultar lo que son e hicieron, o no hicieron, sería interminable. Para eso necesitan tiempo, por eso empiezan a hablar ya de unas elecciones que no serán hasta diciembre de 2022.

Los hay que preguntan donde ha estado el ICAM durante los últimos cinco años (González-Cuellar y su plataforma Ahora Abogacía), olvidando que fue él quien desapareció del ICAM en ese período tras su derrota electoral de diciembre de 2017. No sabemos si su pregunta se produce porque su desinterés ha sido tan grande que desconoce si el ICAM ha cambiado de domicilio. Nos recuerda a aquel aventurero de película que, de repente, se encuentra sólo en el desierto, habiendo desaparecido sus compañeros de excursión y concluye que todos se han perdido menos él.
El segundo zootipo de precandidato es el de los “sufridores”. Son dignos de lástima, llevan casi cinco años en la Junta de Gobierno del ICAM (Raúl Ochoa y Juango Ospina) pero no dejan de susurrar al oído de cualquiera que pasa a su lado en estos días que “…no me gusta como se están haciendo las cosas…”. La abogacía corriente no puede comprender el padecimiento sufrido por estos precandidatos que han soportado lo insoportable y deben arrastrar secuelas similares, quizá, al estrés postraumático y de tal grado que les han paralizado, impidiéndoles oponerse, votar en contra, dimitir…

El tercer zootipo es muy diferente. El Decano/candidato José María Alonso adopta una imagen institucional; él no está en esas pequeñeces sino absorbido por la ingente tarea de hacer un Colegio “excelente”. ¡Que poca clase demuestran quienes anuncian que quieren ser candidatos! poniendo piedras en el camino de la excelencia. Lo mejor es cesarles en las responsabilidades que les otorgó y han mantenido en estos años (Raúl Ochoa) o hacer que se aprueben comunicados por la Junta de Gobierno (quién se mueva no saldrá en la foto de la candidatura) condenando a quién ha dicho que quiere ser decano (Juango Ospina) y ante lo que uno se pregunta si el Decano, aparte de en la excelencia, cree en la libertad de expresión. Todo sea por la excelencia, piensa.

Propuestas concretas en esta etapa encontraremos pocas, pues unos necesitan tiempo para encontrar alguna original y otros para saber de qué están hablando.

Y lo peor es que no tienen, ni tendrán, ningún respeto hacia sus electores/as. Si ganan, olvidarán sus promesas y utilizarán todos los resortes de su poder como… lubricante de algunas cuestiones que les interesen. Si pierden, desaparecerán del ICAM y abandonarán todo su repentino interés por los problemas de la abogacía.

Sólo hay electores/as que ganan siempre. Quienes votan a ALA llevan treinta y dos años ganando pues saben que sus candidatos/as, al día siguiente de las elecciones, seguirán trabajando en el ICAM, defendiendo a la abogacía de Madrid, proponiendo soluciones y denunciando y publicando todo aquello que la Junta de Gobierno oculta a la abogacía.

 

Madrid, julio de 2022.

         Grupo de trabajo de AA.CC. de ALA.

 

Publicado en Asuntos colegiales, Elecciones ICAM, ESPECIAL ELECCIONES ICAM 2022, Especial Elecciones ICAM 2022