Parece que este año 2013 somos más conscientes de la cruda realidad que nos está tocando vivir a las mujeres: todo cambia a nuestro alrededor, todo se tambalea y, a pesar de esos movimientos, parece que estamos más unidas en nuestra fortaleza: no dejemos que nos hagan caer, no dejemos que nos manipulen, no dejemos que las diferencias salariales que –día a día- son más patentes hagan que nos repleguemos y dejemos de luchar.
Es precisamente en estos momentos cuando tenemos que estar más unidas: la consecución de los derechos que a lo largo de los años pasados hemos logrado no deben quitárnoslos absolutamente ningún partido sea del color que sea: hemos dado mucho a lo largo de la historia. Hemos conseguido unos derechos que deben ser consolidados para las futuras generaciones, a fin de que les haga crecer en todos los ámbitos de la sociedad en libertad.
Sin embargo, vemos cómo:
1.- Educación.- El actual Gobierno ha dado un paso atrás con la Ley de Educación queriendo volver de nuevo a los años 50: segregación en colegios entre sexos; prioridad de la lengua castellana en las comunidades con lengua propia; privilegios para la educación católica; aulas de más de 30 alumnxs…; aumento de tasas en matrículas escolares y universitarias; disminución económica para becas Erasmus; anulación de las becas Sócrates, etc.
Ello perjudica, no sólo a la población en general, sino a las niñas y jóvenes con menos recursos económicos volviendo de nuevo a la época franquista donde la Iglesia mandaba sus consignas y buen ejemplo de ello lo tenemos en la legislación sobre el aborto que quieren imponer.
2.- Justicia.- Igualmente, el actual Gobierno ha dado un paso atrás queriendo modificar la Ley del Aborto y, pretendiendo imponer qué es lo que las mujeres debemos hacer, privándonos de la libertad que ya teníamos; asimismo, con la actual Ley de Tasas la primera perjudicada está siendo la mujer, especialmente por restringirse de algún modo su libertad en cuanto a poder tener la opción de divorcio: al bajar el nivel adquisitivo de toda la población, en especial el de las mujeres, no pueden acudir, en caso de serios conflictos familiares, a un divorcio con la libertad que lo hacían en años anteriores y tienen que estar –muchas- soportando una convivencia no deseable, con todo lo que ello implica. El hecho de que mayoritariamente son las mujeres las que presentan demandas de divorcio y solicitan pensiones para hijos mayores de edad dependientes que con ellas viven, o pensiones compensatorias para ellas, supone que el peso de la tasa judicial en estos casos recae exclusivamente en las mujeres.
3.- Trabajo.- La política económica del actual Gobierno ha contribuido a que se haya abierto una brecha aún superior entre los salarios de las mujeres y de los hombres; en la declaración realizada por Europa Laica se dice textualmente_
“La precarización, la pobreza, los contratos basura, ahora denominados mini-jobs (mini trabajos o trabajos precarios), tienen rostro de mujer y, en este escenario, es muy probable que una profundización de las políticas que igualen a hombres con mujeres en la vida laboral, se alejará por mucho tiempo.”
En épocas de crisis las primeras en replegarse son las mujeres, al volver a sus casas y volver al cuidado de hijos; no olvidemos a las abuelas que, si en épocas pasadas han estado al pie del cañón cuidando a sus nietos y colaborando al desarrollo de la mujer joven, en la actualidad y, debido a la crisis, volverán a sus casas, con lo que habrá un porcentaje mayor de depresiones de mujeres mayores al no poder realizar otra función (al menos se sienten hoy día o se sentían necesarias, muchas de ellas)
4.- Sanidad.- Y ni qué decir tiene el perjuicio que está causando el actual Gobierno a las mujeres en relación con la Sanidad: La privatización merma puestos de trabajo mayoritariamente desempeñados por mujeres.
Las tareas de cuidado son historicamente desempeñadas por mujeres, al eliminar prestaciones públicas, con el falso argumento hacia la población de los “beneficios que puede obtener acudiendo a la sanidad privada”, quien mas sufre es quien tiene, nos parezca bien o no, la responsabilidad de cuidar a los otros.
Se sustituye el derecho a la salud por beneficios empresariales, haciendo que muchas de las mujeres tengan que realizar un trabajo extra y precario para atender a los suyos.
Y, como bien expresa Europa Laica:
“Además de todo ello las mujeres jóvenes ven entorpecido su derecho a una salud sexual y reproductiva, en libertad: Las mujeres no necesitan la tutela de nadie, son ciudadanas libres con plena capacidad de obrar y decidir.”
5.- Emigración.- Este Gobierno está haciendo retroceder a nuestra sociedad a épocas pasadas también en materia de los derechos de las mujeres inmigrantes: Muchas de ellas ya no pueden traer a sus familias, muchas de ellas han sido despedidas de sus trabajos al dedicarse a empleadas de hogar y cuidadoras y perder sus trabajos debido al empobrecimiento de la población en general. De ese modo, tienen que doblar su trabajo en condiciones infrahumanas, soportando todo el peso de su hogar.
6.- Presas.- No queremos olvidar a aquel sector de la población que sufre más las consecuencias de esta crisis y que, apenas se las oye y son las mujeres que se encuentran en centros penitenciarios; mujeres presas que, su voz no se oye jamás: mujeres presas dónde sus derechos son conculcados en numerosas ocasiones, mujeres que se encuentran en absoluta soledad social y, muchas de ellas extranjeras.
Todos esos factores deben hacer que hoy día las mujeres nos sintamos más unidas que nunca y debemos aunar nuestras fuerzas para no retroceder: ante leyes represivas debemos mostrar nuestra fuerza haciéndonos oír en los colegios, universidades, centros de trabajo, cárceles, organismos nacionales e internacionales, como hemos estado haciendo hasta ahora; no dejemos que nada ni nadie actúe en nuestro nombre: Los Derechos conseguidos deben permanecer y seguir luchando para la consecución de aquellos que aún nos faltan.